domingo, 24 de agosto de 2008
BRASIL: Tragedia radioactiva - 20 años después
Activistas de Greenpeace en Brasil hoy se encadenaron hoy a las puertas de la Comisión Nacional de Energía Nuclear (CNEN), colocando una placa conmemorativa en homenaje a las víctimas de la tragedia del Cesio-137 en Goiânia, el peor accidente de radiación en un área urbana en la historia.
Hace veinte años unos buscadores de chatarra en Goiânia extrajeron una máquina de metal, encontrada abandonada en un antiguo instituto de radioterapia. Contenía un cilindro metálico, que fue abierto a mazazos. El chatarrero principal, fascinado por el brillante polvo azul de piedra contenido, lo llevó a su casa para darlo como regalo a su familia y amigos. Su hija comió un poco de eso, salpicado sobre el pan.
El polvo de piedra era Cesio-137, un elemento altamente radiactivo: 60 personas murieron, 628 resultaron contaminadas, y más de 6.000 expuestas a la radiación, pues el material se extendió hasta 100 millas a la redonda.
Una semana después, la esposa del recolector de chatarra, al sospechar de la repentina enfermedad que afligía a sus amigos y vecinos, fue al médico. El diagnóstico fue intoxicación aguda por radiación ionizante, para ella y cientos de otros. Las viviendas de las víctimas del Cesio-137 tuvieron que ser demolidas, y todas sus mascotas fueron exterminadas, Cuatro personas murieron en los primeros días. En total, 60 personas fallecieron, entre ellas los policías y los bomberos a cargo de la limpieza, carentes de protección o de formación. Cientos de otras personas todavía viven con la contaminación.
Véase Greenpeace Brasil por un set de diapositivas sobre el accidente: http://www.greenpeace.org/brasil/nuclear/cesio137
20 años después el gobierno brasileño todavía se niega a reconocer a las víctimas de Goiania. La CNEN , organismo encargado de la investigación de Goiânia y controlador de las industrias nucleares de Brasil, mantiene una posición totalmente inmoral que expone lo peligrosa que sigue siendo la situación.
Es por ello que los activistas manifestaron hoy su mensaje a CNEN, y a pesar de alguna brutalidad policial, pues algunos fueron rociados con gases lacrimógenos, han mantenido su vigilia.
El Cesio-137 es un legado devastador, y, sin embargo, Brasil todavía no tiene capacidad estructural para hacer frente a las instalaciones nucleares existentes, y ninguna forma de almacenar los residuos radiactivos.
Increíblemente, el gobierno brasileño se ha comprometido a un programa de expansión nuclear, metiendo fondos públicos en la construcción de una nueva planta nuclear de Angra 3, y en el enriquecimiento de uranio.
¿Cuánto más tardará el mundo para despertar a los peligros de la energía nuclear? Esta locura tiene que acabar, y el pueblo de Goiânia debe obtener justicia, por más tardía que resulte ahora.
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