RECURSOS NATURALES
Pasajeros de una pesadilla
El proyecto para emplazar una mina de uranio levantó a traslasierra. Gaspar Daffunchio (hijo de German), la cuenta.
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Texto de Hernán Escudero.
Quieren poner una mina de uranio a cielo abierto acá en el valle de Traslasierra, justo en el nacimiento de los ríos", avisa Gaspar Daffunchio, cuyo apellido resuena gracias a Germán, su padre, guitarrista de Las Pelotas.
La empresa canadiense Teck Cominco inició exploraciones en una localidad cordobense vecina, con el pretexto de instalar una mina de oro. Sin embargo, cuando llegaron miembros de la Comisión nacional de energía atómica (CNEA), la realidad se supo pronto. Traslasierra se organizó en asambleas autoconvocadas, agrupadas bajo el nombre de "Traslasierra despierta". "Viene todo el pueblo, gente de todas las edades. Nos organizamos como centro de estudiantes por primera vez a causa de esto, para luchar desde lo juvenil", explica Gaspar.
El surgimiento de la lucha estudiantil se dio gracias al apoyo de Francisco Chiacchietta (conocido como Pancho), coordinador general de la radio FM El Grito, que encabeza la movida en el pueblo de Nono. "Nos avivó de todo lo que esta pasando", agradece. Pancho descree de la CNEA: "Hicieron un estudio de impacto ambiental de dos páginas, muy poco serio. Nosotros estamos haciendo uno por nuestra cuenta, para que se vea la realidad".
Desde 1992, toda la zona del valle está declarada no nuclear, a causa de un intento previo de extraer uranio, frenado por la resistencia popular. Pero como en el 2005 se reactivó el plan nuclear, se está buscando el uranio necesario para poner construir la nueva central atómica Atucha II.
El nuevo proyecto abarca un 80% de la reserva hídrica provincial Pampa de Achala, uno de los acuíferos principales de la provincia.
¿Los partidos políticos? "Aún no dieron señales de vida", responde Gaspar. ¿Y las asambleas que están en el país? "Por suerte vinieron de Esquel a darnos una mano. Ellos nos pasaron películas, nos ayudaron a movilizarnos. Principalmente, con ellos sentimos que no estamos solos en la lucha".
Los costos de la mina (la destrucción ambiental) son mayores que los supuestos beneficios económicos. Pancho sentencia: "Repudiamos a la CNEA. No vamos a dejar que arruinen nuestro pueblo". (Diario Clarín, Buenos Aires)