martes, 29 de abril de 2008

URANIO O AMOR - Por Daniel Gagliardo




(Solución al pie de página)


25/04/2008

¿Uranio o Amor?

Sabemos que el ejemplo es una de las más importantes ayudas para los arquetipos. Predicar con el ejemplo, fue, y es, un dicho que no solo no pasa de moda, sino que se torna cada día más necesario en una sociedad carente de modelos válidos y coherentes. Y en tal sentido, el gran problema surge, o uno de los principales componentes de este gran problema holístico, cuando ya no se sabe qué es digno de ser tenido en cuenta. Imitado. Apreciado. Visto como parámetro armonizador de situaciones o coyunturas a tratar.

¿Cuál es el ejemplo a seguir? ¿El de la gerencia política de Villa Las Rosas, en Traslasierra? Generando intranquilidad entre los habitantes del lugar, por no hacer explícita la ratificación, e intención, de que aquello que en los `90 quedó instalado mediante declaración, como municipio NO-NUCLEAR, se cumpla ante la actual amenaza de explotación de URANIO; o el de Villa Carlos Paz, en el extremo sur de Punilla, con su nueva Carta Orgánica, donde decreta en su Artículo 16:

“El territorio del Municipio es zona protegida. No pueden radicarse en él centrales, reservorios, basureros o industrias nucleares ni de cualquier otro tipo afín; se prohíbe la radicación de cualquier empresa de fabricación, fraccionamiento o depósito de material bélico; se prohíbe la generación, la manipulación, el uso, la producción o el transporte de sustancias tóxicas, insumos nucleares o residuos peligrosos que pudieren poner en peligro la salud y el ecosistema”

Se supone que no debería haber visiones tan opuestas de lo que significa vivir o morir; preservarse o contaminarse.

De todos modos parece ser que la estrategia que las empresas mineras, en este caso con la desfachatada asistencia connivente de la CNEA, Comisión Nacional de Energía Atómica, aplica sobre algunas poblaciones da su resultado. Basadas, inevitablemente, en la ignorancia de quienes serán las primeras víctimas de ese tipo de actividad aniquilante. Traslasierra tiene una antigua tradición minera. En este tipo de precedente hace pie una estrategia perversa.

Anular la capacidad de los pobladores de algunas regiones para discernir entre uno y otro tipo de minería. Su nostalgiosa esperanza de recuperación socio-económica regional, les venda los ojos, y obnubila, respecto a una actividad que las multinacionales les presentan como minería, siendo que no lo es. La minería a cielo abierto complementada con técnicas de lixiviación es una mega-industria-química, que distorsiona la explotación minera, o el carácter principal de algunas definiciones más simples y completas del término minería: “Tomar de la corteza terrestre elementos minerales, no orgánicos recientes, que se encontrasen agrupados o aglutinados en un cierto índice”

Por lo tanto, otorgar a la megaminería el título de minería es algo descabellado. Aquello que buscan retirar no se encuentra aglutinado de un modo suficientemente definido u homogéneo. De ahí que deben implementar métodos altamente riesgosos de manipulación química, con el uso perverso de la poca agua potable que aun existe, para hacerse con algunos gramos de mineral o metal por tonelada de roca. Siendo lo peor, en la actual situación de la provincia de Córdoba, así como de Mendoza y otras, que a los ya conocidos riesgos se sume la radioactividad, contaminación típica del tipo de metalífero que actualmente centra toda atención en nuestro país: el URANIO.

Debemos impedir que la fascinación hipnótica que las mineras multinacionales están implantando en algunas regiones se expanda. Así, volviendo a la imprescindible energía del ejemplo, instalar un verdadero y fortalecido patrón de consciencia general respecto al gravísimo riesgo que corremos en esta amplia y polifacética región del planeta. Los gerentes políticos de algunas localidades de Traslasierra ocupan, por algunos instantes de la longeva vida planetaria, un sitial que les fuera otorgado para garantizar que el préstamo que hemos tomado de las futuras generaciones sea retornado. Devuelto en el mejor de los estados.

¿Es esto lo que está ocurriendo? ¿Podemos confiar que se están tomando las decisiones que más favorecen la preservación de la existencia, no solo de la humanidad, sino de la Vida Toda?

Creemos que no. Por lo cual, quienes no caigamos bajo el sopor del hipnotismo profusamente estudiado, y aplicado, por las aniquilantes mega-industrias, debemos colaborar para romper el hechizo. ¿Cómo se hace esto? Ejemplificando. Haciendo aquello que los que están hipnotizados no pueden hacer. Asumiendo lo que otros no asumen. Diciendo lo que otros no dicen. Soportando lo que otros no soportan. Resolviendo lo que otros no resuelven. Observando lo que otros no pueden momentáneamente observar. Siendo diferentes ante los indiferentes.

Buscando respuestas donde otros ni siquiera encuentran preguntas. Pero, por sobre todo, amando aquello que muchos aún no pueden amar. Y es aquí, solo aquí, en esta última observación, donde el ejemplo poco puede con su estimulante acción. Nadie puede fingir amor; o mejor dicho: puede fingirse amar; pero, inevitablemente, el resultado será -por ausentismo del amor mismo- un vacío de difícil solución.

Quienes amen, entonces, den un paso al frente y actúen. Sepan que poseen un elemento que, al igual que ocurre con la actual minería metalífera a cielo abierto, se deben remover toneladas de consciencia humana para obtener algunos gramos. Pero contrariamente, y en este caso, vale toda pena y sacrificio su extracción y utilización.

Daniel Gagliardo
CONCIENCIA SOLIDARIA
ONG Interprovincial



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OPERACION SECRETA DE EEUU EN BARILOCHE


BAJO ESTRICTAS MEDIDAS DE SEGURIDAD Y EN RESERVA EE.UU. se llevó uranio usado para evitar el riesgo de un robo terrorista

Se trata de 42 barras de combustible del reactor nuclear de Bariloche. Por: Daniel Santoro (Diario Clarín)

En otro ejemplo del interés mundial que está recobrando la energía atómica por razones económicas y políticas, el gobierno norteamericano se llevó en forma reservada los elementos combustibles usados del reactor nuclear de Bariloche (RA6). Lo hizo para evitar el riesgo de que el uranio gastado que contienen sea robado por terroristas para construir con ellos una bomba atómica "sucia".

Tras firmar un acuerdo con el Gobierno argentino y bajo fuertes medidas de seguridad de la Gendarmería, la Secretaría de Energía de EE.UU. trasladó 42 barras de combustibles usadas del reactor de investigación RA6 desde el Centro Atómico Bariloche al centro atómico Savannah River, ubicado en Charleston. Primero fue por vía terrestre y luego por vía marítima. La operación, cuyos detalles se desconocen, se hizo en diciembre, pero recién fuentes oficiales argentinas lo confirmaron ayer a Clarín.

La noticia se conoció dos días después de que la presidenta Cristina Kirchner y su par brasileño, Lula Da Silva, firmaron un acuerdo para enriquecer uranio con fines pacíficos en forma conjunta y de construir un submarino a propulsión nuclear.

En el 2000, EE.UU. ya se había llevado 207 elementos combustibles gastados del reactor de investigación RA3 del Centro Atómico de Ezeiza. Ambos estaban enriquecidos al 90%. Ahora usarán elementos enriquecidos al 20%, con los cuales es muy difícil armar una bomba.

Los terroristas podrían construir con esos materiales nucleares usados -que aquí se conservan en piletas de almacenamiento- bombas "sucias" o entregárselos a países que están en la lista negra de EE.UU., como Corea del Norte, que tienen la tecnología para aumentar el enriquecimiento del uranio al 99% o producir plutonio y construir una bomba atómica clásica.

En 2005, el entonces presidente Néstor Kirchner, al hablar ante la Asamblea de la ONU, atribuyó "una enorme importancia a la Resolución 1540" del Consejo de Seguridad de la ONU. Esta compromete a los países a tratar de evitar que las bombas atómicas o sus componentes caigan en manos de terroristas.

A cambio de llevarse este material nuclear, EE.UU. paga la construcción de nuevos elementos, pero con un enriquecimiento de uranio al 20 por ciento y los trabajos de adaptación del núcleo del reactor del Centro Atómico Bariloche. Lo mismo había hecho con el de Ezeiza.

El reactor RA6, de 0,5 megawatio de potencia, se usa básicamente para el entrenamiento de los nuevos físicos e ingenieros nucleares del Instituto Balseiro en el Centro Atómico Bariloche, aunque también tiene algunas aplicaciones medicinales.

A cambio de estos elementos gastados, EE.UU. entregará 26 kilos de uranio enriquecido al 20% para construir los nuevos elementos y pagará la adaptación del reactor y el transporte. Toda la operación, se estima, costará unos 5 millones de dólares.

En cambio, el traslado de los elementos gastados del reactor de Ezeiza, la adaptación del núcleo -que hicieron técnicos de la CNEA- y el transporte habían significado un costo total de unos 8 millones de dólares, que también pagaron los EE.UU.

Todo fue en el marco del Programa de Aceptación de Elementos Combustibles Gastados de Reactores de Investigación Extranjeros, al que la Argentina había adherido. En el 2003, EE.UU. lanzó también el programa contra la amenaza global conocido como GTRI para apurar la repatriación de los elementos combustibles de este tipo.

Si bien es cierto que EE.UU. hace este canje por medidas antiterroristas, también es verdad que podría reciclar este uranio gastado o producir plutonio para construir una bomba.